Gone with the wind.
No sé si clasificar esta entrada al blog como "literatura" o como "cine". Lo cierto es que esta novela me enamoró primero con sus páginas y luego con sus imágenes. Sobre todo, lo que más me gustó, es que el libro fue un regalo de madre a hija. Ella me lo regaló porque lo había leído cuando era joven, y quería que ahora yo disfrutara con su lectura. Disfruté con cada palabra, con cada página, con cada capítulo. El libro me hizo llegar a perder la paciencia en algunas ocasiones, pues tenía sed de información, quería saber a toda costa que iba a ocurrir unas páginas más adelante. Es un libro que te enseña a no ser avaricioso, a saber querer a los demás, y a compartir las cosas. Sin embargo, la avaricia, el egoísmo y el egocentrismo de Scarlett no están tan puestos de manifiestos en la película. Scarlett en ella parece una niña consentida, pero no a los mismos niveles que refleja el libro. Siempre se ha dicho que nunca será lo mismo un libro que una película, y por ahora, sigo pensando así. La película es grande, pero el libro es inmenso.
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